lunes, 5 de noviembre de 2007

Anécdota de la práctica nº 3



"Un llamado a tiempo"

Hoy mismo tuve una experiencia rica, de esas que probablemente nos dejen por largo tiempo con la sonrisa dibujada al recordarla.

Un asunto familiar complicado, con división de bienes y situaciones personales e interpersonales no resueltas o parcialmente irresueltas.

Actué como mediador de parte, mi cliente proveniente de Alemania, muy cansado por la situación y el desgaste, casi que le daba lo mismo dejar todo lo hablado de lado e ir a Juicio. En un momento dado dijo "Yo estoy por suspender todo esto, así no lo habíamos acordado".

Las otras partes respondieron, el Notario se enfado y todo parecia perderse. Meses de trabajo, intercambio de e-mails, revisiones, llamadas telefonicas nacionales e internacionales, tanto tiempo, esfuerzo, y la inevitable pregunta ¿que hago ahora?

Peter Senge, propone un ejercicio llamado "Momentos de Conciencia".

Pedí disculpas, me lleve a mi cliente de la sala. Nos sentamos en un despacho aparate, le ofreci un vaso de agua y le pregunte ¿que te ha pasado? a lo que me respondio, "me perdieron la maleta en el aeropuerto", hablamos interminables cinco minutos sobre el tema y le pregunte ¿te sigue interesando terminar con esta historia? su respuesta fue "si, claro" y ¿cómo quieres hacerlo? cerró sus ojos y dijo, "tienes razón, vamos dentro y terminemos con esto".

Se firmaron las escrituras, y el resto de la documentación, todo termino allí.

Nos fuimos a un bar, a tomar un café y me digo "sabes, si no tuvieras tan buena comunicación, no hubieras salvado esto".

Será eso de que "un mar calmado no hace buenos marineros"

1 comentario:

Carlos Urrestarazu Rodrigo dijo...

Eso es, exactamente, manejar el timón, negociar la ola que viene inexorablemente. Una estupenda e inspirada acción. Gracias.

Karlos Urrestarazu