sábado, 29 de agosto de 2009

Cambiar la relacion del hombre con la naturaleza




Punto de Vista, Le Monde, 12.06.09

Cambiar la relación del hombre con la naturaleza es sólo un comienzo por Edgar Morin


El triunfo Verde en Francia en las elecciones europeas no debe ser ni sobreestimado ni subestimado. No puede ser sobrestimado porque en parte es el resultado de la carencia del Partido Socialista, de la débil credibilidad del MoDem y de las pequeñas formaciones de izquierda. No puede ser sobreestimado porque es también un testimonio del progreso de la consciencia ecológica en nuestro país.

Sin embargo, lo que aún resulta insuficiente es la consciencia de la relación entre política y ecología. Con mucha certeza, Daniel Cohn-Bendit habla en nombre de una ecología política. Pero, no basta introducir la política en la ecología; es necesario también introducir la ecología en la política. En efecto, los problemas de la justicia, del Estado, de la igualdad, de las relaciones sociales escapan a la ecología. Una política que no englobaría la ecología seria mutilada, pero una política reducida a la ecología, sería también mutilada.

La ecología tienen el mérito de llevarnos a modificar nuestro pensamiento y nuestra acción sobre la naturaleza. Ciertamente, esta modificación se encuentra lejos de ser concluida. La visión de un universo de objetos que el hombre está destinado a manipular y a someter, no ha sido verdaderamente substituida por la visión de una naturaleza animada cuyas regulaciones y diversidades deben ser respetadas.

A la visión de un hombre “sobre-natural” no se ha substituido aún la visón de nuestra interdependencia compleja con el mundo vivo, cuya muerte significaría también nuestra muerte. La ecología política tiene además el mérito de llevarnos a modificar nuestro pensamiento y nuestra acción sobre la sociedad y sobre nosotros mismos.

En efecto, toda política ecológica tiene dos fases, una de ellas orientada hacia la naturaleza, otra hacia la sociedad. Así, la política que busca remplazar las energías fósiles contaminantes por energías limpias representa un aspecto de una política de salud, de higiene y de calidad de vida. La política de las economías de energía es también un aspecto de una política que evita las dilapidaciones luchando contra las intoxicaciones consumistas de las clases medias.

La política que intenta reducir la agricultura, y la ganadería industrial, descontaminando así las capas freáticas, desintoxicando la alimentación animal viciada de hormonas y antibióticos, la alimentación vegetal impregnada de pesticidas y herbicidas, sería al mismo tiempo una política de higiene y de salud pública, de calidad de alimentos y de calidad de vida. La política que busca descontaminar las ciudades, cercándolas de parqueaderos, desarrollando transportes públicos eléctricos, peatonizando los centros históricos, contribuiría altamente a una rehumanización de las ciudades, la cual además introduciría un mestizaje social suprimiendo los guetos sociales, incluso los guetos de lujo para privilegiados.

De hecho, en la segunda fase de la ecología política ya existe una parte económica y social (entre ella los grandes trabajos necesarios al desarrollo de una economía verde, como la construcción de parqueaderos alrededor de la ciudades).Pero hay también algo más profundo que aún no se encuentra en ningún programa político: la necesidad positiva de cambiar nuestras vidas, no únicamente en el sentido de la sobriedad, sino sobretodo en el sentido de la calidad y de la poesía de la vida.

Pero esta segunda fase no ha sido desarrollada aún suficientemente en la ecología política.

Primeramente, ésta aún no ha asimilado el segundo mensaje complementario formulado a la misma época que el mensaje ecológico. El mensaje de Ivan Illitch. Él había formulado una crítica original de nuestra civilización, mostrando cuanto un malestar psíquico acompañaba el progreso del bienestar material, como la sobre-especialización en la educación o de la medicina producía nuevas cegueras, y a que punto era necesario regenerar las relaciones humanas, en aquello que el llamaba la buena convivencia. Mientras el mensaje ecológico penetraba lentamente en la consciencia política, el mensaje illitchiano quedaba confinado a un segundo plano.

Las degradaciones del mundo exterior se volvían cada vez más visibles, mientras que las degradaciones psíquicas parecían resultar de la vida privada y permanecían invisibles a la conciencia política. El malestar psíquico se asociaba, y se asocia aún a medicinas, somníferos, antidepresivos, psicoterapias, psicoanálisis, gurús, pero no es percibido como un efecto de civilización.

El cálculo aplicado a todos los aspectos de la vida humana oculta lo que no puede ser calculado es decir, el sufrimiento, la felicidad, la alegría, el amor, en fin, lo que es importante en nuestras vidas y que parece extra-social, puramente personal. Todas las soluciones puestas a consideración son cuantitativas: crecimiento económico, crecimiento del PIB. ¿Cuándo entonces, la política tomará en consideración la inmensa necesidad de amor de la especie humana perdida en el cosmos?

Una política integradora de la ecología en el conjunto del problema humano afrontaría los problemas de los efectos negativos, cada vez más importantes con respecto a los efectos positivos del desarrollo de nuestra civilización, que incluyen la degradación de las solidaridades. Esto nos haría comprender que la instauración de nuevas solidaridades es un aspecto capital de una política de civilización.

La ecología política no deberá aislarse. Ella puede y debe anclarse en los principios políticos emancipadores que animaron las ideologías republicanas, socialistas, comunistas y que han irrigado la consciencia cívica del pueblo de izquierda en Francia. Así, la ecología política podrá entrar en una grande política regenerada y contribuir a su regeneración.

Una gran política regenerada se impone, más aún ahora cuando el Partido Socialista es incapaz de salir de su crisis. Él se encierra en una alternativa estéril entre dos remedios antagónicos. El primero es la modernización (es decir el alineamiento a soluciones tecno-liberales), mientras que la modernidad está en crisis en el mundo. El otro remedio, la izquierdización, es incapaz de formular un modelo de sociedad. El izquierdismo hoy en día sufre de un revolucionarismo privado de revolución. Denuncia la economía neoliberal y los desencantos del capitalismo pero es incapaz de enunciar una alternativa. El término “partido anticapitalista” revela esta carencia.

Si la ecología política lleva su verdad y sus insuficiencias, los partidos de izquierda llevan, cada uno, a su manera, sus verdades, sus errores, sus carencias. Todos deberían descomponerse para recomponerse en una fuerza política regenerada que podría abrir vías. La vía económica seria la de una economía plural. La vía social seria la de la regresión de desigualdades, de la des-burocratización de los organismos públicos y privados, de la instauración de solidaridades. La vía pedagógica sería la de una reforma cognitiva, que permitiría ligar los conocimientos, hoy más que nunca parcelados, a fin de tratar problemas fundamentales y globales de nuestro tiempo.

La vía existencial seria la de una reforma de vida, donde vendría a la consciencia lo que obscuramente es sentido por cada uno, que el amor y la comprensión son los bienes más preciados para un ser humano y que lo importante es vivir poéticamente es decir, en la plenitud de uno mismo, la comunión y el fervor.

Y si es cierto que el curso de nuestra civilización globalizada, conduce al abismo y que deberíamos cambiar de vía, todas estas vías nuevas deberían converger para constituir una grande vía que conduciría mejor que a una revolución, a una metamorfosis. Puesto que el sistema no es capaz de tratar sus problemas vitales, o se desintegra, o produce un meta-sistema más rico capaz de tratarlos: él se metamorfosea.

La inseparabilidad de la idea del camino reformador y de una metamorfosis permitiría conciliar la aspiración reformadora y la aspiración revolucionaria. Esta permitiría la resurrección de la esperanza sin la cual ninguna política de salvación es posible.

No estamos ni siquiera al comienzo de la regeneración política. Sin embargo, la ecología política podría iniciar y animar el comienzo de un comienzo.

sábado, 15 de agosto de 2009




TOMADO DE MI MANUAL DE RESOLUCION DE CONFLICTOS EN ORGANIZACIONES:

4.- Algunas definiciones generales de “Conflicto”

Del Diccionario Webster:

“Estar en contradicción, en oposición. Choque, desacuerdo. Pelea, lucha, contienda, batalla, controversia, antagonismo, oposición, incompatibilidad, interferencia, una lucha proveniente de impulsos o necesidades encontradas”

Del Diccionario de La Real Academia Española:

“Conflicto: combate, pelea, lucha, apuro, situación desgraciada y de difícil solución; problema, cuestión, materia de discusión, confrontación, sea esta física o psicológica, el origen está siempre relacionado en que las partes involucradas en una desavenencia quieren lo mismo, a veces al mismo tiempo, y creen que tienen derecho a ello.”

Kenneth Boulding:

“una situación de competencia en la que las partes están conscientes de la incompatibilidad de futuras posiciones potenciales, y en la que cada una de ellas desea ocupar una posición que es incompatible con los deseos de la otra”.

Nora Femenia:

“Una situación de corto o largo plazo generada entre personas que son interdependientes para el trabajo o la coexistencia, donde una o ambos sienten frustración de sus necesidades, experimentan enojo, se culpan recíprocamente y desarrollan conductas que causan daños físicos, psíquicos o ambientales recíprocos.”

El conflicto abarca:

• Las relaciones entre las partes en disputa, sus percepciones verdaderas y falsas, los valores compartidos y los que no lo son, y sus metas y motivaciones
• El medio organizacional, político o social donde el conflicto tiene lugar; pues es una función de este medio y a su vez lo realimenta.

El conflicto en las organizaciones puede originarse en la lucha por recursos escasos, (la distribución del presupuesto entre diversos departamentos, por ejemplo), por la percepción de diferencias o favoritismo entre empleados, y por diferencias de metas, valores o procesos. Este tipo de conflicto puede ocurrir entre individuos, departamentos o altos directivos de la organización.

El conflicto comienza cuando una de las partes se da cuenta que la otra ha frustrado o va a frustrar alguna de sus acciones. Como reacción, procura que su causa o proyecto prevalezca sobre los demás proyectos, iniciando una competencia por recursos físicos y simbólicos.



CARACTERISTICAS DE UNA SITUACION CONFLICTIVA:


--Un proceso interaccional, que como tal nace, crece , se desarrolla y puede a veces transformarse, desaparecer y/o disolverse, y otras veces permanecer estacionario;

--Que se co-construye recíprocamente entre dos o mas partes, entendiendo por partes a personas, grupos grandes o pequeños, en cualquier combinación.

--En el que predominan las interacciones antagónicas sobre las cooperativas. Algunas veces el antagonismo llega a la agresión mutua.

--Donde las personas que intervienen lo hacen como seres totales con sus acciones, pensamientos, afectos y discursos.

Esta definición incorpora conducta y afectos considerando a estos dos factores los elementos básicos del conflicto, a los que le incluyo la dinamica de la relacion.

La escalada o desescalada de un conflicto en una díada o par de personas, es al fin de cuentas una función de la conducta recíproca. A reacciona frente a lo que percibe que B le hace, al mismo tiempo que B interpreta esta reacción como una expresión de la agresividad innata o aprendida de A hacia él. Lo que es construido como auto-defensa en un lado, se percibe como ataque intencional del otro. Se genera así un ciclo de ataque—respuesta agresiva—"defensa"—contraataque, que puede seguir por generaciones.

Esto genera estilos personales de conducta habitual en el manejo de los conflictos (Si Ud. no hizo su test, vaya aquí y conozca cual es su estilo personal) que a su vez generan respuestas agresivas de otras personas y así continúa el ciclo. Estas secuencias de acciones propias y respuestas ajenas escalatorias de la agresión se incorporan a las entidades de un modo permanente. Una cultura social agresiva se nutre y reproduce a traves de conductas individuales agresivas, a las cuales justifica en un círculo vicioso difícil de romper.

No todo conflicto conduce a conductas agresivas, pero puede haber auto-agresión si no es posible expresar las emociones hacia afuera. Para que haya agresión, ya sea verbal o física, la situación conflictiva tiene que percibirse sucediendo dentro de un sistema proveedor de escasos recursos. La teoría realista de conflictos basa la necesidad de autodefensa en la escasez inevitable de los recursos disponibles, que obligaría a las partes a competir entre sí por su obtención. Si, en cambio, se percibe un marco de abundancia, los conflictos se encauzan mas fácilmente hacia la cooperación.

Un tema aparte es el de conflictos interpersonales dentro de organizaciones. Esta es una situación que se da entre dos o más personas, que son mutuamente dependientes dada la tarea que les ha sido confiada, y que tienen para con el otro conductas fuertemente emocionales y críticas, afectando de este modo la moral y el trabajo dentro de la organización.

Las consecuencias de esta situación son múltiples:

--pérdida de tiempo gerencial;
--la calidad de las decisiones empeora;
--hay pérdida de empleados valiosos;
--se instala una baja motivación para trabajar;
--empeoran el ausentismo y los problemas de salud de los empleados,
--puede haber sabotage(s) hacia el equipamiento o hacia la reputación de la entidad afectada.

Una situacion de conflicto bien gerenciada puede brindar las siguientes ventajas:

--mejores acuerdos para las tareas comunes;
--las relaciones se fortifican pues se conoce la motivacion de la otra parte;
--aumentan la auto-estima y la confianza mutua, y la motivación para trabajar en conjunto.

jueves, 13 de agosto de 2009



LES COPIO ESTE TEMA MUY LINDO DEL BLOG DE Juan Enrique Egaña, DE CHILE:

http://conflictologos.blogspot.com/#

"Las 6 habilidades esenciales, me recuerdan a Little Miss Sunshine, pero en este caso, pueden servir!!"

miércoles 5 de agosto de 2009

Como un negociador de rehenes, George Kolhreiser, profesor de IMD, ha tenido muchas oportunidades para llevar a la práctica lo que él predica como el arte de negociar. Estas son sus seis habilidades esenciales para resolver conflictos efectivamente.


1) Cree y mantenga un vínculo, incluso con su “adversario”. Para ello no es necesario que ese individuo nos agrade; lo único que hace falta es un objetivo en común. Trate a la persona como a un amigo, y base la relación en el respeto mutuo y la cooperación. Los líderes deben aprender a diferenciar entre la persona y el problema, y evitar las reacciones negativas a los ataques o las emociones intensas.

2) Entable un diálogo y negocie. Es importante no apartar la conversación del tema en cuestión, mantenerse concentrado en un resultado positivo y ser consciente de la meta común. La etapa siguiente es la negociación, en la que además de dialogar se “regatea”. El diálogo y la negociación producen transacciones genuinas y productivas para ambas partes. Necesitamos usar energía del cuerpo, emociones, intelecto y espíritu.

3) Ponga el pescado sobre la mesa. La frase proviene de Sicilia, donde los pescadores exponen su sangriento botín para limpiarlo en conjunto. Hacen la dura tarea y son recompensados con una rica cena al final del día. Si usted deja un pescado “bajo lamesa”, empieza a pudrirse y a oler mal. En cambio, una vez que planteael problema, puede empezar a aclarar el enredo. Sea directo pero respetuoso, y hable en el momento oportuno.

4) Comprenda la causa del conflicto. Entre las raíces de una discrepancia se cuentan las diferencias en materia de objetivos, intereses o valores. Es crucial determinar si un conflicto guarda relación con intereses o necesidades. Los intereses son más transitorios y superficiales, como la posesión de tierras, el dinero o un empleo; las necesidades son más básicas y difíciles de negociar: identidad, seguridad y respeto, por nombrar algunas. Muchos conflictos parecen obedecer a intereses, cuando en realidad son producto de necesidades. Alguien que no ha sido promovido puede parecer triste por la falta del dinero extra, cuando en verdad el dolor está en la pérdida de respeto o una falta de identidad.

5) Aplique la ley de la reciprocidad. En general, lo que uno da es lo que recibe. Los seres humanos tienen instaurado un padrón de reciprocidad. Una técnica poderosa para dominar en cualquier tipo de disputa es enfatizar con los sentimientos y el punto de vista del otro individuo controlando lo que expresamos – tanto verbalmente como no-verbalmente. Una vez que hayas hecho esta concesión, seguramente el otro hará lo mismo.

6) Construya una relación positiva. Una vez establecido un vínculo, nutra la relación y siga tras el logro de sus objetivos. Trate de equilibrar la razón y la emoción, porque emociones como el miedo, el enojo, la frustración pueden desbaratar acciones bien planeadas. Entienda el punto de vista de la otra persona, lo comparta o no. Cuanto más efectiva sea la manera en que comunique sus diferencias y los puntos de concordancia, mejor comprenderá las preocupaciones del otro, y así mejorará sus probabilidades de alcanzar un acuerdo aceptable para ambas partes. Como demuestran los procesos de negociación para liberar rehenes, es más productivo persuadir que coaccionar.